Homenaje a Édouard Levé : [escritos de un día]
Julieta Cánepa
Un texte corto, muy corto, que escribí una mañana de invierno mientras leía Autorretrato d'Édouard Levé.
He leído tres veces Cien años de soledad, empezando la segunda en el instante mismo de terminar la anterior, un impulso circular casi obligado por la forma, recuerdo el temporal, esperábamos un ferry en Sulawesi, el sol contrastaba la amabilidad de unos isleños que no sonreían desde la pubertad. He vivido diecisiete años en el extranjero, hace tiempo que el extranjero se ha convertido en mi casa, no suelo usar la expresión en el extranjero. La nostalgia que desprenden las ciudades en las que alguna vez viví dura tres minutos en París: el tiempo que tardo en cruzar el Pont des Arts. Fui feliz durmiendo en una cabaña de bambú, sin ducha ni cristales, la piel entibiada por el agua de dos océanos, los pensamientos también. Cuando imagino a Úrsula Iguarán pienso en mi abuela, y al revés. Cuento tres profesiones en mi vida, la que más he disfrutado la encontré de casualidad. El olor del papel recién impreso es una de las razones por las que me apasiona mi trabajo. Al ver una hilera de hormigas caminando en la pared, no puedo evitar imaginármelas llevándose al último Aureliano. En abril, y a veces en noviembre, hago un repaso de todos los momentos que no quiero olvidar. Una vez escribí emborracharse de sol, de cielo, de piel, de olor. Leyendo Noces de Camus, me invade el recuerdo heredado de un verano que es mío, pero que nunca viví.